No siempre se consigue lo que uno quiere

historias que importan, retrato, portrait, cuéntame tu historia, superación, sueños

Mi sueño era ser mecánico y vivir fuera de España: sin embargo acabé siendo carpintero y enamorándome de una española. Ya ves, las cosas no siempre salen como nos las imaginamos y aun así se puede tener una buena vida. Con el oficio me tocó seguir la «dictadura de los padres» y con el amor, pues poco pude hacer, la verdad. Eso sí, fui un poco hippie y hasta que no me casé, no senté la cabeza.

Siempre me ha gustado recorrer mundo y conocer otras culturas, así que empecé a viajar por España a los 16 años. Estuve en Madrid, Almería y mucho otros pueblos. En esa época era fácil encontrar trabajo y en el campo siempre había algo que comer, no se pasaba hambre. No me solía quedar demasiado tiempo en ningún sitio. Cuando ya conocía las costumbres del lugar, me marchaba. Mi vida siempre ha sido muy solitaria; es lo que me gusta. Ese silencio, esa tranquilidad que te da el viajar solo…

Tenía que ver las cosas con mis propios ojos, no me creía la propaganda que nos llegaba sobre otras zonas de España.

Quería ver mundo y tuve valor para enfrentarme a mi padre por ello. Con el trabajo no demostré la misma valentía. Deseaba ser mecánico por encima de todo, pero mi madre ya había decidido por mí. En la carpintería se manchaba menos la ropa y ese era el camino que debía seguir. Una decisión tan absurda como cualquier otra que no tuve más remedio que acatar. Creo que habría sido un gran mecánico, aunque eso ya nunca lo sabré.historias que importan, retrato, portrait, cuéntame tu historia, superación, sueños

No obstante, no se lo puse fácil. Recuerdo que empecé en Badajoz, en una carpintería donde me pagaban 50 céntimos a la semana, pero me gustaba tan poco que me fui a un taller de bicicletas sin decir nada a nadie. Cuál fue mi suerte que mis padres se encontraron al jefe de la carpintería. Me gustaría haber visto su cara cuando les dijo que hacía tiempo que ya no iba por allí. Mi madre me llevó de vuelta de las orejas. Pobre mujer, cómo la hice sufrir.

Lo intentaron todo conmigo. Me mandaron al seminario, quisieron que ingresara en la policía armada… Nada, no había forma de que sentara la cabeza. Tras mi licenciatura de la mili les llegó un atisbo de esperanza. Duró poco, exactamente un par de semanas. Me enteré de que estaban buscando gente para ir a Canadá a talar árboles. Esa era mi oportunidad de viajar y explorar otros países. No me la podía perder.

Sin pensármelo dos veces me fui a Barcelona a alistarme pero, cuando estaba preparando los papeles, se me cruzó una mujer. Ahí, en ese instante, mi vida tomó otro rumbo. Mi yo aventurero y despreocupado se enamoró y sabía que si me quería casar, tenía que dejar ese estilo de vida. No me importó, por ella hubiera hecho cualquier cosa. Aun así, durante los primeros años de casados vivimos en Barcelona, Rubí y Sant Adrià del Besòs, hasta que nos mudamos a la zona de Gerona. Supongo que, en cierto modo, la cabra siempre tira al monte.

La familia es lo más importante que hay.

Allí ya no hubo vuelta atrás. Tenía que trabajar y ya era demasiado mayor para empezar con la mecánica. No importaba, debía ser responsable y seguir con lo que ya conocía. Trabajé en distintas empresas y talleres hasta que finalmente monté mi propia «fustería». He dedicado cuarenta y dos años de mi vida a la carpintería. No está mal para no gustarme el trabajo ¿verdad?historias que importan, retrato, portrait, cuéntame tu historia, superación, sueños

Ha habido momentos muy complicados; al fin y al cabo estaba haciendo algo que no me hacía feliz. Sin embargo, aprendí a sobrellevar mis sentimientos y a encontrar mis momentos de silencio. El mar y esta región de la que me enamoré hace muchos años han sido mi salvación. Sentarme en una roca, cerrar los ojos y escuchar el ruido de las olas me daba la energía necesaria para afrontar los problemas y volver a la carpintería.

No siempre se consigue todo lo que uno quiere, pero debemos aprovechar al máximo lo que tenemos. Eso sí, sigo envidiando a las personas que, como mis hijos, han tenido la oportunidad de vivir en otros países. Eso de aprender idiomas, conocer otras culturas y ver mundo es simplemente maravilloso.historias que importan, retrato, portrait, cuéntame tu historia, superación, sueños

GuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardarGuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

No te pierdas estas historias

Únete a la conversación